E. cayo de bruces en la belleza del castaño verdoso de unos ojos y en la magia de una sonrisa especial, quizas demasiado. Ella no iba por la vida buscando el amor como lo hacen algunas. Simplemente se lo encontró. Sin planearlo. Improvisadamente.
Los gustos de E. siempre habian sido especiales. Sus amigas nunca, o casi nunca habian compartido opinión sobre lo que ella veía en algunos chicos. Y como es de esperar, E. se enamoró de uno de esos chicos en los que nadie se fija. Moría por sus huesos, por una simple sonrisa, por una simple mirada o por una simple palabra. Quizás moría por todo aquello porque para ella no eran tan simples, porque segun lo que me contó, detrás de cada gesto que daba aquel ser humano tan sobrenatural había un universo de sensaciones.
Todo aquello, para E. era diferente a todo lo que habia vivido anteriormente. La razón era simple: E. se había enamorado. Pero no hizo falta que nadie se lo dijera, a los dos dias de sentirse totalmente suya, lo dedujo por si misma.
Pero últimamente ha dejado de verlo todo tan mágico, de esperar a que llegara la hora para poder verle, de estar esperando todas las tardes a que se conectara para poder hablar con él, de quedarse atontada cada vez que pasaba por delante suyo, de montarse sus propias peliculas de amor en los que ellos dos eran los protagonistas, de soñar con un 'te quiero' pronunciado por aquellos labios tan peculiares, de ir suspirando y pronunciando su nombre en voz baja por las calles de Barcelona, de morirse de celos cuando le vio cogido de las manos de otra, de tener a sus amigas hartas de oír pronunciar ese nombre, de que sus palabras la dejaran sin aliento... Su dia a dia ha dejado de ser un cuento de hadas. Total, que E. definitivamente ha dejado de quererle. Pero lo ha echo tan involuntariamente como empezó a quererle. Dicen que es simple. Pero yo creo que ante los ojos de E. todo es mas complicado.
Los gustos de E. siempre habian sido especiales. Sus amigas nunca, o casi nunca habian compartido opinión sobre lo que ella veía en algunos chicos. Y como es de esperar, E. se enamoró de uno de esos chicos en los que nadie se fija. Moría por sus huesos, por una simple sonrisa, por una simple mirada o por una simple palabra. Quizás moría por todo aquello porque para ella no eran tan simples, porque segun lo que me contó, detrás de cada gesto que daba aquel ser humano tan sobrenatural había un universo de sensaciones.
Todo aquello, para E. era diferente a todo lo que habia vivido anteriormente. La razón era simple: E. se había enamorado. Pero no hizo falta que nadie se lo dijera, a los dos dias de sentirse totalmente suya, lo dedujo por si misma.
Pero últimamente ha dejado de verlo todo tan mágico, de esperar a que llegara la hora para poder verle, de estar esperando todas las tardes a que se conectara para poder hablar con él, de quedarse atontada cada vez que pasaba por delante suyo, de montarse sus propias peliculas de amor en los que ellos dos eran los protagonistas, de soñar con un 'te quiero' pronunciado por aquellos labios tan peculiares, de ir suspirando y pronunciando su nombre en voz baja por las calles de Barcelona, de morirse de celos cuando le vio cogido de las manos de otra, de tener a sus amigas hartas de oír pronunciar ese nombre, de que sus palabras la dejaran sin aliento... Su dia a dia ha dejado de ser un cuento de hadas. Total, que E. definitivamente ha dejado de quererle. Pero lo ha echo tan involuntariamente como empezó a quererle. Dicen que es simple. Pero yo creo que ante los ojos de E. todo es mas complicado.
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¡Hola, Eva! Por fin...
ResponderEliminarEs bonito tener gustos simples y especiales... nos hacen ser sencillos y únicos...
Mil besos. Asun.